De acuerdo a un estudio que divulgó el Consejo Nacional de
La Raza (NCLR), que produjo el Centro para la Igualdad de Derechos, los
ciudadanos de origen hispano afrontan algún tipo de discriminación para tener
acceso a la vivienda en muchas regiones del sur de Estados Unidos, gracias a
medidas estatales que promueven un trato despectivo a quienes puedan tener una
apariencia propia de un extranjero. El título de esta investigación es: “Puertas
cerradas: Barreras de vivienda para los hispanos”, en la que se analizaron las
diversas prácticas discriminatorias en diversas áreas metropolitanas de Estados
Unidos como Atlanta, Birmingham y San Antonio, tomando en cuenta los intentos
de blancos e hispanos por conseguir casa.
Se puedo determinar que los latinoamericanos tuvieron
mayores posibilidades de ser discriminados que sus similares blancos, ya que
estos últimos vieron una mayor variedad de viviendas, informaciones financieras
y recomendaciones que los hispanos no obtuvieron. Mediante este informe, se
observó que en 225 intentos de compra, los latinos sufrieron una manera de
trato adverso en un 42% de las oportunidades, y fueron discriminados un 16% de
las veces. Prueba de ello es que para alquilar un apartamento, los agentes
inmobiliarios pidieron a los latinos cuotas más altas y una mayor cantidad de
requisitos, a diferencia de los solicitantes de piel blanca.
Esto puede
originarse, gracias a la carencia de una reforma migratoria que genera un
conjunto de medidas a nivel estatal y de los condados con la finalidad de
evitar la inmigración ilegal, sobre todo al sur de Estados Unidos,
desarrollándose un sentimiento anti-latino que puede afectar la vida cotidiana
de muchos lugares en el país, e impedir la posibilidad que todos tengan los
mismos derechos y las mismas oportunidades. Lo más grave de todo es que los
hispanos son uno de los grupos sociales más afectados por la crisis
inmobiliaria reciente y por los créditos otorgados en condiciones abusivas.
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